miércoles, 14 de diciembre de 2016

Las baladas que nunca escucho.

A veces, vives en un momento que te desfigura y te transporta a lugares, ideas y comentarios en los que quizás no querrías estar.

A veces, te desprecias sin querer reconocerlo, desperdicias palabras y oportunidades con el tiempo a las espaldas y las mentiras  las guardas en un saco viejo y humedecido.


Repites cada una de las frases que te convencen a seguir siendo la droga de algún yonqui moralmente desfigurado sin atisbos de inteligencia emocional.

La triste sombra de lo que quizás ya no vuelvas a tener cerca.

Y sin saber cuánto tiempo es necesario para dejar de ser droga, los pétalos se tiñen de un color más oscuro, más acorde al alma desprendida y aventurera 

que se corrompe a sí misma.
Sin más se consolidan las perfectas tormentas con la pausa más efectiva 
en el tiempo. 
Las palabras no pesan y la confianza derrite mis pupilas.

El canto de mi alma cuenta cada una de las historias. 

Escucha para poder entenderme... lee entre líneas.
Aborda con pasión el desafío de calmar las ansias.
Devuelve a la vida ese brillo que solía tener, acoge el calor de unas manos, 
el sabor de un beso sin más que una casualidad. 
Haz lo que sea, pero hazlo.
Para ser más que droga, para ser más que el recurso fácil de un yonqui inquieto y deshecho sin más aspiraciones que un momento de fricción.

Salpicando los errores sin contar la demencia escrita.

La continua confusión, sin seguridad aviva las llamas de lo más tóxico que nos encontramos en mis rarezas. 
Y pretendo que seas olvido. 
Siempre pasado y roto.

Clavar mis raíces en bases sólidas, sinceras y rabiosas.

Prendidas de ira mis ganas de seguir indomable.








domingo, 20 de noviembre de 2016

9 minutos.

Los dos gatos más simbólicos
las entrañas dibujan esa silueta, esa desconfianza y esas garras.
¿Cómo se expresa el dolor de un amor ?
¿Cómo podemos creer que esa pena es real cuando no se sabe ni siquiera si el sentimiento ha existido, o si ha sido una pequeña alucinación, un pequeño paréntesis sin más explicación?


La piel, es lo que duele.
Ese tacto característico y esas miradas que se esconden 
debajo de la cama a modo de recuerdo.
Y me mueve el suelo, me desarma las paredes y mis ojos se empapan sin quererlo.
Porque aceptar ciertos sentimientos enterrados nunca ha sido fácil.
Los tiempos no dejan de endurecer al amor.
Corre y corre, se alejan de mí los versos más sanos para llegar a recordarte.
Puede que desaparezcan porque ya he sentido y dicho todo lo que podía llegar a sentir.
Y si los labios tienen nombre a pesar del tiempo, la incógnita cobra vida.
Mis labios siguen sellados.

Y el dolor característico de una ausencia
y mi llamamiento a tu piel, a tus caricias y a esos ojos.
Y me derrito entre tanta locura, me hago pequeña y te canto con todo mi corazón, quizás en algún momento se llegue a oír, quizás en algún momento las notas te iluminan el día,
y con eso me bastaría para hacerte feliz. 

Y las esperanzas de que fluya el sentimiento puro sin tiempo, 
sin apariencias, sin más que una cama, una luz y piel. 
Esas esperanzas se disipan con cada parpadeo, con cada uno de los suspiros.
No se recupera la vida, la magia, ni los besos.
La esperanza no es eterna y a mí me abandona con cada lágrima nueva, con cada amor delirante que muestra no ser más que una leve sensación de alegría.

Y envejezco viendo como se evapora cada resto de esperanza
 en mi cuerpo, sintiendo que nada más podrá remover mis días, mis ojos y mis noches.







[El amor ha pasado de "moda".
Lo real no está a la orden del día.
Sentir de verdad y creer en cada uno de los sentimientos que abordan el corazón creo que es la manera más sana y destructiva de vivir.
Porque este sentimiento siempre ha tenido los dos extremos y es una manera increíblemente hermosa y destructiva de vivir y morir en el intento]

martes, 15 de noviembre de 2016

Cura

Asimilo y me recompongo al mismo tiempo en el que sufro y 
no dependo más que de un cuerpo que ya no existe, es fantasía.
Y se depende de la nada para poder sonreír una vez más con sinceridad.
Y tapando los agujeros y quitando el polvo sin más. 
Lloro a veces, otras no.
Me voy curtiendo con los años pero sigo sin comprender muchas cosas.
Y me duelen las entrañas si no puedo evitar la tragedia.
Se me saturan las arterias cuando no puedo decir todo 
lo que quiero, me hierve el alma cuando te alejas.

Y la distancia se hace más y más presente en mis días.
Como siempre, mi buena compañera decide no abandonarme.
La agonía indescriptible de esperar el día en que nos veamos,
en esperar que todo vaya bien, que no nos distraigan 
los sonidos externos, ni las miradas perdidas 
cuando se sellan los labios de dos amantes heridos.
Y sin retorno pasan los días y mi espera se alarga...

Curar mi alma, mi corazón y mis maneras.
Curar mis manos, mi cuerpo abandonado y mis suspiros con esa esencia.
Y los días siguen lentos mientras no me extrañas.
Mientras tus manos no piden las mías 
y tus labios no necesitan el oxigeno que los llenaba.

No existe en mí lo efímero.
Cuando se trata de amar, lo más oculto conforma 
la eternidad del sentimiento puro.
De la mirada sincera, de la confianza eterna de una cama 
compartida por dos cuerpos que sin más que un gesto,
 pueden crear cientos de universos.


[El juego de la escritura revive cada uno de los recuerdos para hacerlos brillar y dejarlos a buen recaudo entre el tiempo y las noches]

sábado, 29 de octubre de 2016

Virus

Combustión acelerada entre mis dedos
se deconstruyen los trozos de alma que aprenden a vivir.
Y las vueltas que no nos dan más que 
arrebatos, retorcidos los estómagos y las almas vacías.
Y sin poder mediar más que dos palabras antes de 
expulsar el desplante lento y forzoso...
La falsedad de los actos que se ha llevado 
más corazones y cabezas de las que pueden ser vistas.




Enfermos los tiempos pasados, enfermo el recuerdo e infectada la ausencia.
Lucho por desprender de mí un pasado maldito, un pasado lleno
 de nudos en el estómago,de dolores en el pecho 
de llantos que no dibujaban más que un final 
en negro sin créditos, sin agradecimientos.
Enferma y desquiciada, se intuyen los buenos momentos y 
me despierto en otro, quizás en varios tiempos, con otras palabras y experiencias.
Aprendiendo quizás de otro tipo de enfermedad.
Sintiendo otro tipo de caos en el cuerpo.

Y me curo para enfermar de nuevo, porque el amor te enferma, 
te rompe, te recompone, te hace entrar en un estado 
de locura permanente que no hace más que empeorar con el paso del tiempo.

Y enfermos los dos, llegamos a cerrar las heridas, o quizás es solo la distancia.
La distancia no hace más que ayudarnos a escapar de aquello que nos enferma.
El virus permanente taladra crea una sangre espesa y un dolor de cabeza constante.
Palpitante mi corazón espera un suspiro inquieto y tranquilo.
La cura no existe y cada día es una lucha continua con 
ese virus que te despedaza por dentro.
La distancia la mejor aliada y el orgullo un paso más adelante.
Las heridas sangran y el virus te mata y tú, tú no haces más que escribir.
Escribir a modo de desinfección, a modo de vacuna, a modo de antídoto.




"Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, secretamente, entre la sombra y el alma " - Neruda


jueves, 25 de agosto de 2016

020



Se condensan en mi pecho las ganas de un amar distinto
y sin saber el destino no dejo de caminar para encontrarme.
Quizás, para no dejar de perderme ante el miedo incontenible de racionalizar el camino, el silencio y la condena.

Ciertas gotas caen...Y hacen que todos los demás sonidos sean desterrados.
Entre la tierra y el agua se crea tal conexión,  que no hace más
que presumir sus gracias ante nosotros...Simples mortales.
Capaces de registrar el momento por versos, palabras, miradas o melodías.
No somos más que observadores narrando una vida, somos aquel que anda, aquel que cae, aquel que respira y vive sin mirar el atardecer.

Y las ganas recorren mi cuerpo, la brisa humedece 
mis mejillas y mi frente sin peso, se eleva al estado tranquilo que me ha mecido entre sus brazos.
Relajada, sin más que escuchar el viento.
Se despedazan las sonrisas que regalo...Y suplico con mis labios
en voz baja, con el más limpio de los susurros, la libertad más pura.
La conciencia y el querer...

Creando así un puente entre la vida y la muerte.
Vida que no es más que aire, tierra, agua.
Muerte que no es más que un cuerpo vivo, que no para de morir, que no para de aprender, que no para de crear puentes para vivir en ese universo más pasivo, más entusiasta, más y más natural.

martes, 23 de agosto de 2016

1528

En la descripción escondida de tu cuerpo y el mío se ocultaba la verdad de 
un pensamiento no escrito y de unas sensaciones más reales 
que lo que las palabras podrían describir.

Y sin escondernos entre tantas sábanas,  recuerdo la pureza de aquellos
 últimos instantes en los que mi cuerpo no regalaba más que tacto.
Entrega y alma.
Y por recordar no soy más ni menos humana.
No siento más ni menos apego. 
Solo un recuerdo.

Una sensación real encerrada en vivencias pasadas, sin más responsabilidad 
que mantenerse en un cajón y salir alguna que 
otra noche de luna llena... Para poder escribir 
y saturar los puntos que me componen.

Y recordando voy pensando en todo lo que he vivido y lo que quizás queda por llegar.
Sin querer, espero con ansias el momento en el que pueda recordar 
más allá de sus recuerdos y de sus palabras.



Y a pesar de todo el orgullo que siente mi piel al haberse entregado de esa manera,  es gigantesco el fantasma y las sensaciones que me ocupan cuando visualizo nuestras manos.
La piel, el tacto, el aroma y la respiración.
Y todo llena mi habitación con un aura de paz, regalando esperanza a los días que vienen.
Todo lo demás se descarta entre tanto 
recuerdo quemado, destrozado y vacío.

Un toque diferente, un amanecer sin palabras.
Y mi cuerpo se corrompe esperando el aullido desesperado de mi alma enferma,
que no pretende verte, que no busca la tortura más allá de tus labios...

Se cierran las puertas que permiten mi huída.
Y mi propia cabeza me desarma entre tantas barreras, entre tanto miedo 
acumulado al alma que me complementaba.
Los acertijos que aún desconozco para tanta calma, me buscan sin respuesta.
Sin dejar de respirar me atengo a los días que no 
harán más que curtirme, quizás mejorarme o quizás destruirme por completo.

sábado, 16 de julio de 2016

8217

Las luces me ciegan en un fallido intento de escritura inquieta.
Los dedos me responden lentamente a la hora de hablar de ti.
No espero más recuerdos del pasado ni menos dolor del presente,
pero la eterna marca de fuego entre nuestra piel se ha quedado por más tiempo del que mis entrañas pretendían.
El día duele un poco menos sintiendo ese hilo rojo en la distancia,
ese lazo tan tenso y desgastado, tan muerto y repetido en el tiempo.
Sigo sin encontrar las maneras, sigo buscando la cura.
Mantengo la agonía, estirada entre las agujas del reloj.
Respirando, agonizando, temblando y buscando más salidas.
Desesperación sin sentido entre tanto olvido.
Entre tanto tiempo.
Sigo cegada por las luces, aún me duele abrir bien los ojos.
Y tú, ahí, en la distancia sin más que una sonrisa y un recuerdo
te desvaneces ante mi retirada, ante mi total derrota, ante mi piel 
evaporándose al no sentir el tacto.
Y será la última vez que sienta... 
Se me restarán los días sin vida, sin primaveras
sin sentidos confundidos, sin mapas que trazar, 
ni reglas que romper.






[Todo tan vivo y a la vez tan muerto]

https://youtu.be/V7XVe0FaT-s?list=PL9A26C61C0D36C198

sábado, 2 de julio de 2016

Hurt






Respiro el tiempo a destiempo y me sudan las manos con todo este calor.
Hasta los recuerdos que pretendo perpetuar se me derriten en la espalda.
Con todos los giros en contra vuelo la que más, sobre un montón 
de montañas caídas.
El oxígeno viene dado desde el error y la decadencia.
Y sin temor se abren mis pulmones para recibir más humo
y quedarme sin recuerdos, sin falta de aliento 
y con mucha imaginación.
Encontrándome en un salón derrumbado...
Sentándome a tu lado en mi cabeza, mientras vuelve mi apetito
y mis terribles metas etéreas.
Mil colores en mi pelo que no se diferencian 
de mis múltiples ganas de vida, muerte, amistad, 
momentos, reflexión y avance.
Me siento más viva cuando desaparezco.
Me siento más viva cuando me conozco cuando 
me rodeo, cuando me entiendo y me abrazo.


[A quererse más, besarse más y amargarse menos]




https://www.youtube.com/watch?v=FywSzjRq0e4

domingo, 19 de junio de 2016

Intento







Y duele ver como el tiempo pasa diferente para todos.
A mi, los días no me regalan más que una aguja del reloj a rastras, rota y lenta,
desmedida en sus segundos, eterna en cada una de las horas.
Para ti el tiempo ha sido efímero junto a los sentimientos... Se ha marchado 
en mis ojos el reloj, las agujas y este amor fallido.

Duele ver como la distancia se personifica,
ver como mis días se hacen más largos y grises...
Y los tuyos más brillantes sin mí.
Y el valor de mi ser no puede ver más desgana, 
no puedo añorar más la dulzura y el aroma de 
una noche estrellada y tranquila entre la piel que nos cubría.

Y desgarra el cambio y el sentido de la vida
ese sentido que no elijo nunca, pero que no paro de cruzarme.
Y todo duele y todo pasa.
Pero es una agonía nueva, unas lágrimas más frías
más amargas y menos llenas de luz.

Por todo y más las palabras engañan, preparan para algo que no es real.
Todo sentimiento escrito es eterno, pero todo sentimiento susurrado no son más que palabras.

No hacemos más que soltar palabras cada vez que 
nos relacionamos, sin dar el valor que merecen.
Sin pensar en las consecuencias de crear un mundo fantástico que nunca existirá.

Y me quedo como una niña pequeña esperando ese cuento
esos días y esas noches que nunca llegarán a mi puerta.
La espera es larga, el tiempo es cruel para aquellos 
valientes con heridas de guerra.

Supongo que no estoy hecha para finales felices por ahora.

[He aprendido a no escuchar y solo sentir. 
Y morir en el intento de sentir y 
que el dolor me mate si es amando]

jueves, 16 de junio de 2016

16




Era el fuego más frío el que me consumía.
Con la llegada del sol se demolieron todas mi barreras, de repente puedo sentir más que un cosquilleo.
Más que un tacto aterciopelado y más que unas lágrimas.
Y pasas a ser más en mí, y me llenas. 
Y con mis ojos más abiertos te observo.
Somos el huracán que despedaza todo, menos el roce 
de tus labios y los míos.
El calor de un cuerpo se convierte en un hogar.
Las esquinas de tus puntos cardinales y tus líneas, 
tan marcadas, tan idénticas.
Tan tuyas
  Tan mías...
Saboreo aún la dulzura que se ha ido.
Ha dejado una estela brillante de recuerdos, una estela eterna de amor indecente.

Y sigo estática esperando que el tiempo no termine de romperse.
Que todos mis trozos sean curados por tus manos.

Que mi amor es más difícil,
que mi amor es más vivo y verdadero,
que un te quiero no basta cuando se habla de alma y de piel.


[Que de ti y de mí dependen cientos de 
cuerpos suspendidos en el aire...]

miércoles, 25 de mayo de 2016

Sintonía

Prevalece mi estructura rota,
las insignias del perdón se han desgastado tras tanto ácido.
Los lunares son los pilares que refuerzan la estampa
de tu cuerpo y mi cuerpo pegados y enterrados.
Se deshacen los aromas, las sonrisas y el tacto.
Se oxidan las ganas y muere el aliento.

Bailando en mis entrañas, siento la ira y mis 
ojos se humedecen, sin entender el 
dolor que encierra un corazón oscuro.
Y sigue las siluetas dibujando las ondas de los temores perdidos.
Los círculos que encierran el detalle de esos ojos brillantes, 
de las pupilas enamoradas, derretidas y borradas.





lunes, 16 de mayo de 2016

13:33







Se me esfumaron los recuerdos por dejar de ser requeridos.
He desmontado el momento en el que cae la lágrima.
Me salto los capítulos que no llegarán a sorprenderme y cierro el libro mil veces en mi cabeza.
Firmando el final, asegurando las páginas sin que se rompan, sin que vuelva a abrirse.
No lo empece y tampoco supe acabarlo.
Cada una de las letras era más costosa. 
Cada día pesaban más las penas.
 Más y más ganas de soledad.
Recorto mis trazos bajo tus manos gélidas y permito el paso de 
esas frases arrolladoras, de ese capítulo oscuro, de esa trama maestra.
¿Cuántos ciclos se pasan hasta que todo termina en un cerebro decapitado
y un corazón muerto ?
La decepción que llega de manos de lo esperado y desesperado.
 Quemando el libro, deshaciendo los parámetros y oliendo las cenizas
mientras siento como se borra el recuerdo y se queda la melancolía.
Se apaga.
Entre mis manos se apaga... 
Tras un reloj que marca las horas perdidas de cada capítulo encendido y perdido.
Y pongo un final imaginario a una historia ausente.
A un presente preso entre manos cálidas.
Y besos frescos bajo el manto de cenizas que cubre mi cama.



Lan.

Cultivo entre mis manos la experiencia derrotada de todo a lo que no he llegado.
Se derraman más los vasos vacíos que rodean esta casa.
La histeria me compone siendo mi dieta más anómala.
Sacrifico mis pecados mis sonrisas y mis versos por un día luminoso
en el que sólo hay polvo en el ambiente... Mariposas y flores
con olores intensos, de esos que te recuerdan que estás vivo.
Por la ventana veo más de mil planetas 
alineados, una fila eterna en la que llego al mar.
Al intenso refugio de mis palabras congeladas  
y de las sensaciones encerradas.
Flotando entre tanto universo cierro los ojos para ser 
la mitad más diminuta de esta galaxia.
Entre tanto polvo de estrellas y luces deslumbrantes 
me encuentro tranquila, respiro y siento el aire, la expansión, 
la diversión de los planetas alienados a mi locura.
Mis ojos más negros que nunca... No parpadean, no se relajan 
y se consumen ante tanta belleza... Ante tanta nostalgia dividida y expandida.

sábado, 13 de febrero de 2016

Etéreo

Tantas veces me he desangrado 
y tantas me he quedado sin más que un respiro...
Un escenario gris con unas connotaciones diferentes
Se plasma lo etéreo, se dispan mis raíces.
Y vuelo como consuelo entre tantas horas perdidas.
Espera a mis manos, y seca las proposiciones.

Sigo escribiendo más que hablando, quizás con ganas de 
ser eterna, quizás con un miedo constante a ser escuchada.
Sigo los pasos de lo ausente ante mis pies rotos de estar inmóvil.
Y tú sin llegar a entenderlo nunca, surges y flotas ante mis colinas
las señales invisibles no sanan mis heridas.
Y sigo aquí esperando la sorpresa, el encanto y el abrazo envenenado.

Tiembla la tierra, los tímpanos sordos no hacen más que secarse
las pupilas deciden lo que prefieren mirar, lo más bonito, lo menos tóxico.
Y ves como se seca la vida ante tus manos. 
Y preferiblemente la hipocresía actúa sin determinar los actos.
Marchitada el alma, marchitados los labios.
Corazón muerto y desarmado.



viernes, 12 de febrero de 2016

V 12 F.

La brevedad de los espacios
entre un millón de atardeceres.
Las cálidas montañas verdes que me impregnaban de dulzura
y los atípicos sentidos que me desarmaban las costumbres...
Supondremos un aliento cerrado en boca de lobos tristes
sentiremos el frío de un invierno seco. 
Desierto entre mares de lágrimas y mal entendidos.
La tristeza de compañera en mi mano se quita las lágrimas
comparando mis días e iluminando las noches entre las sábanas.
Soporto mi vida que pende de un hilo bajo la constancia
de mis ganas escondidas entre tus manos.
Se me cierran los ojos cuando respiro 
y mi voz se enmudece al ver lo real...
Duermen mis sentidos y el aroma se disipa
para llenar la oscuridad en estas cuatro paredes frías.


lunes, 1 de febrero de 2016

2011

[Escribo como si de teclas de piano se tratase...
Rítmico y veloz.
Lento y suave,  casi aterciopelados los golpes,
a compás con la canción que me ayuda a componer.

Si recuerdo una sensación mientras escucho
solo veo tu cara, tu sonrisa y quizás 
la mirada con la que me descomponías 
un poco cada día.

Puede que sea incapaz de caminar. 
Puede que me haya hundido en el recuerdo y ahí quiera quedarme.

Puedo reparar la cama donde nos quedábamos.
Quizás retornar al perfume...
Parecer una lunática buscando las piezas que formaban un mundo
para sentirme en él.

La lunática más cuerda que se ha visto
viviendo tras un recuerdo, un sentimiento 
que me mantenía más viva que el aire.

Aunque ya no exista tal ser, aunque ya ni el olor de mi piel sea el mismo...
Vivir bajo un recuerdo. 
Imposibilidad de futuro ante una sensación tan eterna.
Enamorada de aquello que ya no existe.
Dueña de la melancolía que rodea estas paredes.
Pidiendo con la mirada y gritando sin hablar,
un auxilio mudo que brota al compás de ciertas canciones exorcizadas.]








viernes, 22 de enero de 2016

27


Me descompongo con la rabia hervida entre el día a día. 
Pasos en blanco y respiro sin buscar salida.
Mientras la gente dormida encuentra otros caminos
me revelo y me levanto entre un verso y la nada.
Respondo a mis propias preguntas con cada acción ensangrentada
dibujo mis paneles y convierto letras en acciones.
Da miedo mirar la luz, cuando los ojos no se acercan.
Abro las alas cada cierto tiempo sin terminar de caer… 
Recibo más de lo que doy, volando con el miedo 
derroto fantasmas día a día entre las sábanas, 
retumba en mi cabeza como aquella lava volcánica…
Y sin más me descompongo me derrito y luego regreso 
reduciendo todo y nada a la palabra verbo.
Alas traslúcidas y pegadas a mi espalda. 
Me hacen ser quién soy cuando creo que no soy nada.
Una meta me persigue me corrompe y me estropea, una meta de muerte cuando los sueños son los que flaquean.
Mi corazón amordazado guarda un millón de imanes, un millón de acertijos y un millón de ingenuidades.
No me basto en un segundo, no puedo seguir caminos. 
Me inmovilizo ante lo estúpido y me corrompe lo establecido.
Vivir con miedo en una jungla mientras se rompen mis alas, con fuego me despierto 
pálida entre tantas paredes blancas.
Meta lejana e indecente que ronda entre mis pálpitos
comienza un nuevo bucle…
Un nuevo sentimiento aterrado.
Desordenando el tiempo entre mis papeles rotos,
cuelgo las lágrimas en mi pecho para forjar mi eterno escudo
para poder volar sin miedos con estas alas rotas.