miércoles, 25 de mayo de 2016

Sintonía

Prevalece mi estructura rota,
las insignias del perdón se han desgastado tras tanto ácido.
Los lunares son los pilares que refuerzan la estampa
de tu cuerpo y mi cuerpo pegados y enterrados.
Se deshacen los aromas, las sonrisas y el tacto.
Se oxidan las ganas y muere el aliento.

Bailando en mis entrañas, siento la ira y mis 
ojos se humedecen, sin entender el 
dolor que encierra un corazón oscuro.
Y sigue las siluetas dibujando las ondas de los temores perdidos.
Los círculos que encierran el detalle de esos ojos brillantes, 
de las pupilas enamoradas, derretidas y borradas.





lunes, 16 de mayo de 2016

13:33







Se me esfumaron los recuerdos por dejar de ser requeridos.
He desmontado el momento en el que cae la lágrima.
Me salto los capítulos que no llegarán a sorprenderme y cierro el libro mil veces en mi cabeza.
Firmando el final, asegurando las páginas sin que se rompan, sin que vuelva a abrirse.
No lo empece y tampoco supe acabarlo.
Cada una de las letras era más costosa. 
Cada día pesaban más las penas.
 Más y más ganas de soledad.
Recorto mis trazos bajo tus manos gélidas y permito el paso de 
esas frases arrolladoras, de ese capítulo oscuro, de esa trama maestra.
¿Cuántos ciclos se pasan hasta que todo termina en un cerebro decapitado
y un corazón muerto ?
La decepción que llega de manos de lo esperado y desesperado.
 Quemando el libro, deshaciendo los parámetros y oliendo las cenizas
mientras siento como se borra el recuerdo y se queda la melancolía.
Se apaga.
Entre mis manos se apaga... 
Tras un reloj que marca las horas perdidas de cada capítulo encendido y perdido.
Y pongo un final imaginario a una historia ausente.
A un presente preso entre manos cálidas.
Y besos frescos bajo el manto de cenizas que cubre mi cama.



Lan.

Cultivo entre mis manos la experiencia derrotada de todo a lo que no he llegado.
Se derraman más los vasos vacíos que rodean esta casa.
La histeria me compone siendo mi dieta más anómala.
Sacrifico mis pecados mis sonrisas y mis versos por un día luminoso
en el que sólo hay polvo en el ambiente... Mariposas y flores
con olores intensos, de esos que te recuerdan que estás vivo.
Por la ventana veo más de mil planetas 
alineados, una fila eterna en la que llego al mar.
Al intenso refugio de mis palabras congeladas  
y de las sensaciones encerradas.
Flotando entre tanto universo cierro los ojos para ser 
la mitad más diminuta de esta galaxia.
Entre tanto polvo de estrellas y luces deslumbrantes 
me encuentro tranquila, respiro y siento el aire, la expansión, 
la diversión de los planetas alienados a mi locura.
Mis ojos más negros que nunca... No parpadean, no se relajan 
y se consumen ante tanta belleza... Ante tanta nostalgia dividida y expandida.