Prevalece mi estructura rota,
las insignias del perdón se han desgastado tras tanto ácido.
Los lunares son los pilares que refuerzan la estampa
de tu cuerpo y mi cuerpo pegados y enterrados.
Se deshacen los aromas, las sonrisas y el tacto.
Se oxidan las ganas y muere el aliento.
Bailando en mis entrañas, siento la ira y mis
ojos se humedecen, sin entender el
dolor que encierra un corazón oscuro.
Y sigue las siluetas dibujando las ondas de los temores perdidos.
Los círculos que encierran el detalle de esos ojos brillantes,
de las pupilas enamoradas, derretidas y borradas.