miércoles, 15 de julio de 2020

Oscuro





Permíteme borrar esa sonrisa.
Mira tu sombra...
Más larga de lo que debería ser.
Unas experiencias fallidas 
y unos cuantos puños cerrados
viajas dañando lo que ves 
y lo que no, lo intentas.

Déjame facilitarte el viaje, 
deja lo que te compone y renuévate.
Eres aquella fruta que pudre todas las demás
sin hacer nada más que existir.

Contaminas al respirar cerca de mi.
Desesperado en el intento de dejar huella
de sobrepasar todo lo que ves y conoces.

Una moralidad dudosa
 atada a una madurez ausente.
Repulsiva mezcla de especial y amargo sabor. 




[Borrador de 2014]

lunes, 6 de julio de 2020

Las cenizas





 Oriol Angrill Jordà 


Vivo desde hace ya muchos amaneceres 
con la idea de que ya no existen sensaciones mayores, 
ni sentimientos más intensos de los que ya he vivido.
Siento con gran convicción que ya nada puede sorprenderme...
Ni en el buen ni en el mal sentido.
Recreo en mi cabeza ciertos momentos y sensaciones, la raíz.
El sentimiento.
Pero no llego a una conclusión ni una respuesta.
Y ese sentimiento me asusta y a la vez me da paz.

Quizás ya experimenté la cúspide de mi felicidad
y de mi mayor y verdadera forma de entregar amor.

Quizás ya no volveré a esa intensidad,
toda experiencia te cambia y transforma.
Cada una de las vivencias deja algún tipo de huella.
Yo me conformo con sentir paz y disfrutar
de lo simple, pequeñas fracciones de felicidad.

No aspiro ya a grandes historias de amor
llenas de pasión, magia y fuegos artificiales.
No aspiro a amistades interminables, que
cuando ya se está lleno de arrugas comentas
y recuerdas las andadas de la adolescencia...

No aspiro a confiar y despedazar el alma
para que luego se deseche como un chicle
cuando se le va el sabor, te cansas y lo tiras.
Muchos guiones me representan
comentan sensaciones, sentimientos.
Momentos de la vida que te hacen ver 
las cosas desde un prisma diferente.

No sé si cada vez que conecto conmigo misma,
desconecto con el resto del mundo.
No sé si pertenezco a ciertos comportamientos
tan comunes y presentes hoy en día.
Las banalidades cada vez me aburren más.
Desgarra tu alma y enséñame lo que quizás nadie
quiere ver y podrás entrar en mi mundo.
No quiero superficialidad ni perdida de tiempo.
No busco la aprobación ni el odio, busco la verdad,
respirar hondo y poder sentir la paz.

Las expectativas muchas veces son nuestro
perfecto antagonista.
Nos pueden destruir con la misma rapidez
que aparecen en nuestra cabeza.

lunes, 15 de junio de 2020

D




Aquí me encuentro intentando comprender la poesía, 
como si no la conociese, como si no la hubiese 
experimentado con anterioridad. 

Aquí me encuentro intentando formar metáforas
 y versos que puedan tener la capacidad de describir todo aquello 
que recorre mi cuerpo cuando mis ojos te ven. 

Vuelvo a retomar el origen y la inocencia. 
Neruda y Sastre me ayudan a poner palabras 
a todo lo que me condiciona cuando estoy cerca de ti. 
Quizás es tan extraña la sensación de vida en mis extremidades 
que no consigo con gran éxito reflejarte en mis líneas. 

Impredecible, fresco, constante, 
inspirador, cálido y tierno. 

Eres sin querer la respuesta a muchas de mis preguntas. 

Hasta hace unos días no sabía poner palabras ni definir 
lo que ocurría en mi cuerpo cada vez que estabas cerca. 
Yo pensando que no quería eternidad ni caricias, ni compromiso 
ni miradas, ni piel, ni responsabilidad. 

Y tu me mirabas desde lejos, con una sonrisa a medias. 
Tirando abajo cada uno de los muros que construí 
sin quererlo y sin saber que lo hacías. 

Tu mirada me busca y me protege
y yo no quería encontrarme con ella, 
no hacía más que huir. 
Mientras tú no hacías más que encontrarme...
Y sin más preámbulo mis ojos se ataron a los tuyos. 
A tus pecas y tus labios. 

Has sido una constante variable en mis días.
Un amor inocente que no ha dejado de encontrarse. 
No hemos tenido y quizás no habrá oportunidad. 
Quizás tendré que conformarme con vivirte en sueños. 
Con imaginarte como tantas veces he hecho. 

Casi he llegado a saborear tus labios, 
casi me he atrevido a coger tu mano. 

Cruel y soberana coincidencia... 
El tiempo corre y mis ganas no desaparecen. 

Nada es tan difícil como aprender a aceptar 
lo que tu corazón demanda. 

Y yo no hago más que esperar(te).
Sin que lo sepas. Sin decirlo en voz alta. 
Porque a veces, todo lo que no se dice gana mucha importancia. 
Porque a veces no hace falta decir, sino sentir.
Porque sabes que mis labios te buscan... 

Y yo se que mi piel tendrá que seguir a la espera 
que tu mundo está girando a otra velocidad 
y que no tengo lugar entre tantas expectativas. 

Y aún así sigo sintiendo esa espina, 
esa espera y esas ganas entre tu y yo. 

jueves, 23 de abril de 2020

Mis tres guerras.


Ilustración: Fajar Domingo

Y aquí sigo, remontándome a siglos, uniendo trazos y trozos.
Historiadora de mis días y de cada una de mis guerras. 
Aún no he ganado, me sigue pesando el escudo. 

La primera guerra fue la más dura, la más larga, y con gran huella. 
Como si de un ataque nuclear se tratase. 
Fue la de mayor aprendizaje.
Palpito en el corazón que paraba todo tipo de abismo. 
Hechiceros bloquearon mis amarres, y mis escudos. 
Dejó muchas cicatrices, las más difíciles de llevar...
Las más profundas. 
Aún cuento historias de cada una de las marcas, como un viejo 
marinero que no deja de recordar su mar. 
La música sigue curando llagas de aquellos años. 

La segunda de mis guerras, fue más fugaz e inesperada. 
Bombas en mi tejado, humo y confusión. 
Me llegó en medio de un parque, bajo cartones y sin espada ni escudo. 
Ni balas, ni metralla olvidada. 
Solo unos ojos parados, unos labios humedecidos, un dictador...
Y un corazón más roto que vibrante. 
Me dejó en el mar. 
A la deriva y sin rumbo fijo. 
Pensé que nunca vencería, pensé que desaparecía. 

Pasé mucho tiempo en mis trincheras. 
Observando el mundo, entendiendo mis tragedias y estrategias. 
Curando heridas...Menos que en la anterior, pero quizás más profundas. 
Fue la fase más oscura de mi reinado. 
Guerra hostil, bruta, demencial y oscura. 
Mi ciudad descompuesta iluminaba 
cada uno de mis logros y derrotas. 
Reinventé mis calles, mis pasillos y mis playas. 
Las bombas quedaron lejos y pude escuchar por fin mi voz y el mar. 
Libertad y paz. 

Periodo prolongado de aprendizaje.
Y con el corazón sellado, y muchos escudos protegiendo mis 
fortalezas llegó esa tercera y última guerra...

La más inesperada, por ello la más inocente. 
Llegó como llega la niebla, suave, lento...
Pero con densidad y ceguera.
Una sensación de pureza invadió mis calles 
y mis escudos quedaron cada vez más deshechos. 

Vulnerable ante tal despliegue de recursos
mi búnker se hizo cada vez más pequeño,
casi imperceptible. 
Mis manos blancas no supieron 
si encender la luz, o coger más balas. 
Me desarmaron en el décimo asalto,
ese que con un beso me volvió a dejar sin armas, 
mis escudos no pudieron con ese nivel de dulzura.

Terciopelo es tu recuerdo.

Una guerra que pensaba ganada, asegurada, 
vallada y eterna. 
O eso creía. 

Mis latidos volvieron a florecer, las canciones a sonar 
y mi guerra ya no existía.
Solo tu tacto y mi voz. 
Y recordé la noche, las trincheras, el frío y mi oscuridad. 
Volví a construir escudos sin razón, por cada uno 
de mis puntos cardinales. 
Se apoderó de mi la locura.
Mientras tú...Inocente en tu trinchera 
recibías mis bombas de realidad, 
mis desgarradores relatos y juntabas las piezas 
para desactivar mis armas. 

Por un momento lo conseguiste y vivimos ese oasis de calma, 
amor valiente y besos que no se olvidan. 
Sin darnos cuenta empezamos a quemarnos, 
mi lava desbordó y nos atrincheramos entre humo, 
canciones, gritos, y dolor palpable. 

Mis calles se hundieron, mi casa se derrumbó tras un grito
y no dejamos de disparar, como dos ciegos
aterrados en medio del mar. 

Y siempre sabré que fui fundadora y culpable de aquel fuego. 
Sin saberlo, ni entenderlo...Ni entenderme. 

Sigo levantando mi bandera blanca 
ante tu inocencia, ante mi error. 
Ante tus manos aterciopeladas y el recuerdo. 
Siempre recuerdo. 

Procuro sanar las heridas y dejar bombas y armas. 
Procuro no tener más guerras, ni más batallas. 
Valentía reducida a momentos y esmeraldas. 
Corazones triunfantes entre banderas 
y colisiones brillantes.

Sigamos viviendo...Construyendo ciudades. 
Vuelve la luz a mis calles después de automutilarme.
La oscuridad me enseñó a apreciar la luz de mis guerras. 
Seguiré "batallando" bajo mi bandera blanca
y mis manos livianas. 

De toda guerra sale un mensaje claro, vidente y perpetuo. 
No dejaré de aprender. 
Por favor, no dejemos de aprender.  
























martes, 14 de abril de 2020

No ser ni será.


Ilustración - Giulia rosa 


Buscando los modos de canalizar la ira 
desgarrando y destilando mi mente, 
aprendiendo de las piedras y los golpes 
condenada siempre a la cruz más pesada. 

Juguete roto ya pegado, arreglado, utilizado y mordido. 
Pecado de claridad y sinceridad en un mundo que no hace 
más que esconder, temer, retroceder. 

Mi vida parece el día de la marmota. 
Una y otra vez repito experiencias, momentos, 
personas que no hacen más que romperme. 

Yo consigo crear accesos, túneles 
y reconstruyo aquello que recuerdo 
formaba parte de mí. 

No paran de enseñarnos y dirigirnos, 
no podemos sentirnos solos 
sino, es que no te soportas.
No puedes repetir el dolor ni los fallos.

¿Qué eres...Idiota? 
¿Por qué vuelves a dar para 
simplemente quedarte vacía ? 

Y todo se encuentra en el punto en que 
aprender significa dejar de ser yo. 
Dejar de fluir cuando lo siento, 
dejar de sentir y escribirlo,
dejar de creer que puedo 
unir mis puntos cardinales.
Dejar de confiar y seguir viviendo 
en mi mundo fantástico. 
Aquel en el que no estoy rota, 
aquel en el que me río hasta de 
cada una de mis muertes. 



miércoles, 8 de abril de 2020

Nobody else will ever do


La música como siempre buena compañera, 
para recordar, imaginar o trasladar. 
Puedo tocar tu piel sin cononcerla.
Olerte sin saber aún cuál es tu sello.
Nunca viajar en la imaginación había sido tan peligroso e inocente.
Tan atractivo, poco decente e incoherente.
Tan inmoral que duele y tan perfecto en su dirección que arrolla.
Mientras los dos nos encontramos en batallas profundas
para encontrar un sentido, un lugar, matar demonios...
Cada uno a su lucha pero mirando de reojo,
torturando con imaginación, canciones, fantasías,
palabras, distancia y deseo.

Mientras sigo dejándome llevar
seguiré sabiendo que me equivoco,
al igual que tú.
Y eso no sé si nos hace más valientes o más masoquistas.
Pero nos han puesto al uno en el camino del otro,
nos encargaremos de descubrir
el porqué entre sábanas deshechas, humo y cervezas.

Y sigo dejando fluir la parte más oculta de mi luna.
Cambiando un par de pasos, dibujando una nueva colina
un nuevo mapa, nuevos planes.

Y todo esto mientras te miro de reojo,
y me sigo imaginando el sabor y el tacto de
cada uno de los trazos de tus labios.

Nunca fue tan inesperado el deseo intenso de dejarme llevar,
el sinónimo de libertad escondido tras una entintada meta que
no deja de crear fantasías, ganas y un toque de locura.

Y qué más puedo pedir... Que poder volar un rato,
olvidar lo ocurrido, descontrolar los sentidos.

Vivir, que nunca está demás.


miércoles, 1 de abril de 2020

Hoy






No dejaremos de crear,
de demostrar que podemos.
Por encima de cada corbata, por encima de cada maletín.
Por encima de cada moneda.
Que el aire no se vende,
que la sangre no se vende,
que los ríos no se venden.
Que no vendemos la dignidad
que no vendemos la salud ni la solidaridad.
Que no vendemos la familia, ni la fraternidad.
No entenderán que somos mucho más de lo que creían.
no comprenderán que las revoluciones se desarrollan
y se destapan de muchas formas posibles y ésta es una de ellas.

Revolución del amor, de lo que queremos ser a partir de hoy.

Revolucionamos los sentidos, el sentido y los sentimientos.
Las artes nos salvan sin más discusión que no somos nada
sin expresarnos, sin vibrar.
Que nos retroalimentamos de almas, de vida y ser.
Y lo que sale de todo esto en cada hogar,
 no puede ser más bonito, más puro e inocente.

Mientras un par de gigantes siguen luchando por sus maletines,

nosotros ganaremos nuestra propia batalla, mucho más valiosa,
mucho más importante e imponente.
Ser lo que somos. Sin más.

lunes, 30 de marzo de 2020

Líneas y pequeños horizontes



A veces como una pequeña brisa
intento visitarte, en un par de cartas y fotografías...
Te recuerdo en palabras y así sostengo un pequeño reflejo de lo que era.
De lo que quería ser, de lo que compartía, de todo lo que reflejaba mi ser 
antes de convertirme en ceniza.
Por eso vuelvo a recordarte, para así también recordarme a mí.
Todo lo que fui...
Y todo lo que pude ser contigo o sin ti.
Tú, con tu firmeza no dabas lugar a dudas y me veías tal como era.
Y daré gracias siempre por ese recuerdo.
Por ayudarme sin quererlo aún hoy, cuando me pierdo.

Brisa refrescante que me regala 
recuerdos de todo lo que veías en mí.
Definirme en maneras tan precisas, tan nuestras.
Transparencia, todo lo que veías era cierto lo bueno y lo malo.
Siempre sabiendo reflejarlo, siempre ayudándome.
Siempre serás una de las personas que más ha llegado a conocerme.
La persona que llegó a ver cada uno de mis entresijos, virtudes y defectos. 
Y aún así...¡qué gran historia!
Por eso agradezco el recuerdo y lo tangible, todo aquello
que puede recordarme quién soy por medio de tus palabras.

lunes, 23 de marzo de 2020

Ser





Se desnuda mi piel ante la melodía ya conocida.
Me despierta el alma el ser y la sensualidad.
Me meces como el viento suave y lento.
Me produce la misma sensación que tocar 
un cristal que está a punto de romperse.
Volver al filo, a la cosquilla, a la necesidad
las ganas de rozar la piel, de sentir esa chispa 
que puede llevarte al mismo cielo 
o dejarte sin más que un respiro en el suelo.

Quizás una mirada que puede explicarlo todo,
quizás la vida que juega con cada una de las tentaciones.
Y comienza subiendo por mis piernas, 
como el mejor y mayor recorrido
y sin quererlo pierdo la vergüenza.
Calma el ansia, déjame lo salvaje, mi territorio,
tan pocas veces ocupado.
Tan pocas veces liberado.
Se apagan las luces y puedo llegar a oler
tu piel, sin tan siquiera haberla tocado.
Cada trazo queda pendiente en una fiesta
descontrolada de imaginación, ganas y frenesí.
Memoriza cada uno de mis lunares,
cada paso se acerca más a la mortalidad más bella,
al suspiro que ahoga cuando los latidos son los que marcan el tempo.

Siento que me queda mucho por descubrir
siento que quedan trazos de mi piel sin ser descubiertos.
Descifra mi mirada para poder ser, fluir sentir y delirar.
Se puede descubrir un cuerpo de muchas formas,
siento que no he sido descubierta al completo.

Siento que lo variable, lo falso me ha empapado de oscuridad,
me ha encarcelado y mi ser salvaje sigue sediento,
mirando desde las rejas, esperando la oportunidad correcta
para no volver a ser encerrado.
Para jugar libre entre sábanas, 
cigarrillos y sed de piel y besos.








sábado, 29 de febrero de 2020

Seamos.






Somos tantos, perdidos desperdigados.
Tanta soledad, tantos llantos sin razón.
Somos tantos, tantos poetas.
Tantos apasionados de la vida, del romanticismo, de la primavera.
Somos tantos los que a veces nos sentimos vacíos...

Vamos poeta, describe el agujero.
Vamos, deja que todo brote de lo más oscuro del pecho.
Deja que salgan los recuerdos.
Nadie los condena si nos hacen sentir vivos.
La vida, eso mismo que a veces nos da hostias,
eso mismo que nos hace ser lo que somos.
La tristeza en verso, la historia y el aprendizaje.

Somos tantos...Sobra poesía, sobra dolor y sobran versos.
Sobra experiencia y rimas.
Mi vida entera cae en una caja.
Mis padres, dos grandes soles.
Sufridores padres de un alma poeta, me destruyo para volver a construirme. 
Me deconstruyo para poder encontrarme. 
Y siempre siempre de su mano. 
Soles, estrella polar, mi norte, mi centro de gravedad. 
Mi todo. 

Somos tantos.
Y duele.
El dolor nos conduce a seguir en la lucha,
sin quemar los versos
para seguir aprendiendo de cada palabra.

Púrgate.
Limpiar el alma en verso.
Somos tantos, tantos despellejando cada uno de los rincones,
describiendo, desnudando, aprendiendo mientras mueres.
El dolor de la piel y la letra.

Siempre buscándonos, siempre encontrándonos.
Siempre escribiendo, siempre poetas, siempre dolor.
Siempre resiliencia.
Siempre renacer.
Si no es por mi alma masoquista que sea siempre por mis soles.
Por mis héroes y mis salvadores.
Por todo aquel que nos regaló una esperanza
por todo aquel que leyó el verso, 
lloró y lo hizo suyo. 
Por todo aquel que se convierte en corazón al leer. 

Porque al final se trata de sentimientos. 
Somos tantos, somos sentimiento. 
Somos verso, escudo y espada. 
Vida desamor, guerra, miradas. 
Todo aquello que logra dibujar el arte que limpia, 
que purga que enciende el ser. 

lunes, 24 de febrero de 2020

Jaula

Una jaula,
en una jaula vivo, me siento, respiro y me desespero.
Lloro y no me entiendo, ni tampoco pretendo entender a los demás.
La jaula a veces, casi siempre ahoga.
Solo de vez en cuando se abre una pequeña ventana por la que puedo respirar.
Y estirar un poco las alas, tiene matiz de sueño y justo cuando lo
disfruto, la jaula se cierra un poco más.
Y mis nervios no se controlan y mis lágrimas ciegas inundan cada uno de los huecos de mi corazón.
Este ecosistema no me comprende y me mata.
Poco a poco se me escapa la vida entre cada una de las rendijas. 
Entre cada uno de los humos que contaminan mi pecho.
Egoísmo.
Jaulas llenas de egoísmo, de fantasía y de irrealidad.
Todo aquello que te llevará a la soledad. 
Todo aquello que me llevará a escapar de aquí y odiar cada uno de estos rincones.
Y todo lo que siento sigue metido en esa jaula, voy llenando de libros todos escritos en distintas tormentas, y ya no cabe más dolor, ni más desesperación.

Y así vivo día tras día intentando no ahogarme en mi propia jaula, creada y llena de recuerdos.
No entra el olvido y la dignidad cada vez se ve menos.
Ansiedad vuelve de visita cada dos por tres, y yo sigo mirando el cielo 
esperando respuestas o quizás un final esperado.
Un final tan tan esperado y un descanso eterno.
Esa es libertad eterna para mí, mi corazón cansado y enjaulado 
no puede dar más vueltas, más trotes para ser engañado.
Para ser pisoteado.

Corrompo todo lo que me rodea
se oscurece cada gota de luz a mi paso
porque la jaula ya ha conseguido hacer su trabajo y soy más cuervo que nunca.





Amor recibido y podrido.
Corazón deshecho y mutilado.
Palpitaciones pidiendo auxilio y tajantes las alas rotas en mi vuelo olvidado.
Llamando a la eternidad,
llamando a mis brazos todo aquel amor real que di
en vano.
Dicen que nada que se hace desde el corazón es un error.
Pero llega a ser un error si eso se convierte en tu jaula.

Si eso se convierte en tu frialdad, en el hielo que se siente en el pecho.
En el zapato que te pisotea
ese sentimiento te cambia la vida, las formas, el ser.

3






Se abre la herida que hace tanto que había cerrado y enterrado, 
aún no lo tengo claro. 
Y sin más, la indiferencia manda en estos cuartos. 
La televisión por religión. 
Amor comprado e incomprendido.
He vuelto a caer al pozo, esperaba quedarme allí.
La libertad es lo que busco sin poder encontrarla, 
ella aún no me busca a mi.

La familia más ausente 
latentes de egoísmo y dolor mal llevado 
se les quema el alma vaso tras vaso. 
Mi big bang ha empezado, no busco más que 
esa salida aquella que tarde o temprano encontraré. 

La soledad es bonita cuando es elegida, 
cuando es impuesta puede ser la agonía más lenta y 
triste que puedes regalar a un corazón.