miércoles, 17 de octubre de 2018

Mis notas, tu piel.



Hasta Marte



Sigo intentando abrir los ojos, con cada latido que me provocas
con cada una de las palabras que me das.
Eres un regalo.
Cuando nada me invitaba, cuando todo era superficial.

Sigo intentando escribir...Sobre lo que provocas en mi.
Tengo muchos miedos en la mochila.
Los hombros cargados y un corazón cansado, 
que ha cambiado de color al conocerte.
Y sigues diciéndome "piensas demasiado" y tienes razón.
No paro de corromper las posibilidades y te abatir con mi realismo tajante.
Pero si me abrazas ya me tienes sin espada y escudo.

No hay armas en tu campo de juego.
No hay juego entre tanta nitidez, entre tanta claridad y belleza.
No hay escondites, ni trampas.
Se compone de simplicidad, esa que te retuerce el estómago.

Simplicidad.
Cuesta aprender a apreciarla en el amor y en la vida.

Yo adoro nuestra simplicidad, lo poco que hace falta para hacernos felices.
Las ganas de vivir, las ganas de mejorar y tu brillo en los ojos.
El amor es simple, es tonto, es niño, es cruel y esquivo.

Y no quiero regalarte los mismos versos,
eres más que eso.
Busco definirte en mis líneas con cierta claridad,
pero aún no comprendo como has volcado mi mundo.

Trabajo en mi orgullo para poder definir con palabras
lo que escondo en la ausencia de conversaciones conmigo misma.
Despejar las palabras para definir lo que siento cada vez que me abrazas.


Tu olor es mi hogar...
Y realmente, no hay más que eso.