lunes, 18 de mayo de 2015

O.

Perturbante ciclo de confusión 
no para de girar en el mismo eje, con los mismos focos de potencia.
Me pregunto cómo pude llegar a estar en el centro de esto.
Cíclico y sin convencer, me deja atrapada entre las ondas latentes del río. 
Lleno de cólera, de luces apagadas y de pasos fríos.

Aparentemente me encuentro.
Realmente no siento más de lo que quiero.
Sigo entre el tic tac que no se detiene...
Sin poder dar más respuestas.
Mantengo la constancia,
para no parecer más absurda,
para no ahogarme ni perderme en medio de tanta locura.

Se apaga la luz.
Un constante parpadeo me indica que todo sigue a salvo...
Pero nunca podré saber como salir.
No sé si quiero salir o es una locura adictiva.

No sé si escucho y comprendo.
Quizás me mareo y pretendo encontrar las claves 
que marcan ese destino al que tanto perturbas.

Ya no quedan piezas girando.
Ya no hay melodías ni llantos,
solo una luz parpadeante...
Que me atrae cual insecto desesperado.
Intentando comprender el ciclo de todo esto
perteneciendo a él, quizás sin quererlo.


Con más remordimientos que historia.






domingo, 17 de mayo de 2015

12




Mi desesperanza convertida en ciudad.
Las noches cuando más tranquilas parecen,
son más desalentadoras para mis manos inquietas.

La soledad me corrompe cuando no puedo estar a solas con ella...
Sin un dolor, sin un recuerdo, sin una canción más.
Y me saluda a lo lejos esta vieja amiga, que me lo cuestiona todo.
Todo y más, cada paso y pensamiento.
Y así se hace fría y temblorosa.

Las calles siempre hablan.
Narran cada uno de los momentos y se ríen de tu mediocridad.
Sola me veo en un camino sin salida, donde mis argumentos
se agotan, y donde cuesta sentarse y respirar en paz.