domingo, 19 de junio de 2016

Intento







Y duele ver como el tiempo pasa diferente para todos.
A mi, los días no me regalan más que una aguja del reloj a rastras, rota y lenta,
desmedida en sus segundos, eterna en cada una de las horas.
Para ti el tiempo ha sido efímero junto a los sentimientos... Se ha marchado 
en mis ojos el reloj, las agujas y este amor fallido.

Duele ver como la distancia se personifica,
ver como mis días se hacen más largos y grises...
Y los tuyos más brillantes sin mí.
Y el valor de mi ser no puede ver más desgana, 
no puedo añorar más la dulzura y el aroma de 
una noche estrellada y tranquila entre la piel que nos cubría.

Y desgarra el cambio y el sentido de la vida
ese sentido que no elijo nunca, pero que no paro de cruzarme.
Y todo duele y todo pasa.
Pero es una agonía nueva, unas lágrimas más frías
más amargas y menos llenas de luz.

Por todo y más las palabras engañan, preparan para algo que no es real.
Todo sentimiento escrito es eterno, pero todo sentimiento susurrado no son más que palabras.

No hacemos más que soltar palabras cada vez que 
nos relacionamos, sin dar el valor que merecen.
Sin pensar en las consecuencias de crear un mundo fantástico que nunca existirá.

Y me quedo como una niña pequeña esperando ese cuento
esos días y esas noches que nunca llegarán a mi puerta.
La espera es larga, el tiempo es cruel para aquellos 
valientes con heridas de guerra.

Supongo que no estoy hecha para finales felices por ahora.

[He aprendido a no escuchar y solo sentir. 
Y morir en el intento de sentir y 
que el dolor me mate si es amando]

jueves, 16 de junio de 2016

16




Era el fuego más frío el que me consumía.
Con la llegada del sol se demolieron todas mi barreras, de repente puedo sentir más que un cosquilleo.
Más que un tacto aterciopelado y más que unas lágrimas.
Y pasas a ser más en mí, y me llenas. 
Y con mis ojos más abiertos te observo.
Somos el huracán que despedaza todo, menos el roce 
de tus labios y los míos.
El calor de un cuerpo se convierte en un hogar.
Las esquinas de tus puntos cardinales y tus líneas, 
tan marcadas, tan idénticas.
Tan tuyas
  Tan mías...
Saboreo aún la dulzura que se ha ido.
Ha dejado una estela brillante de recuerdos, una estela eterna de amor indecente.

Y sigo estática esperando que el tiempo no termine de romperse.
Que todos mis trozos sean curados por tus manos.

Que mi amor es más difícil,
que mi amor es más vivo y verdadero,
que un te quiero no basta cuando se habla de alma y de piel.


[Que de ti y de mí dependen cientos de 
cuerpos suspendidos en el aire...]