sábado, 29 de febrero de 2020

Seamos.






Somos tantos, perdidos desperdigados.
Tanta soledad, tantos llantos sin razón.
Somos tantos, tantos poetas.
Tantos apasionados de la vida, del romanticismo, de la primavera.
Somos tantos los que a veces nos sentimos vacíos...

Vamos poeta, describe el agujero.
Vamos, deja que todo brote de lo más oscuro del pecho.
Deja que salgan los recuerdos.
Nadie los condena si nos hacen sentir vivos.
La vida, eso mismo que a veces nos da hostias,
eso mismo que nos hace ser lo que somos.
La tristeza en verso, la historia y el aprendizaje.

Somos tantos...Sobra poesía, sobra dolor y sobran versos.
Sobra experiencia y rimas.
Mi vida entera cae en una caja.
Mis padres, dos grandes soles.
Sufridores padres de un alma poeta, me destruyo para volver a construirme. 
Me deconstruyo para poder encontrarme. 
Y siempre siempre de su mano. 
Soles, estrella polar, mi norte, mi centro de gravedad. 
Mi todo. 

Somos tantos.
Y duele.
El dolor nos conduce a seguir en la lucha,
sin quemar los versos
para seguir aprendiendo de cada palabra.

Púrgate.
Limpiar el alma en verso.
Somos tantos, tantos despellejando cada uno de los rincones,
describiendo, desnudando, aprendiendo mientras mueres.
El dolor de la piel y la letra.

Siempre buscándonos, siempre encontrándonos.
Siempre escribiendo, siempre poetas, siempre dolor.
Siempre resiliencia.
Siempre renacer.
Si no es por mi alma masoquista que sea siempre por mis soles.
Por mis héroes y mis salvadores.
Por todo aquel que nos regaló una esperanza
por todo aquel que leyó el verso, 
lloró y lo hizo suyo. 
Por todo aquel que se convierte en corazón al leer. 

Porque al final se trata de sentimientos. 
Somos tantos, somos sentimiento. 
Somos verso, escudo y espada. 
Vida desamor, guerra, miradas. 
Todo aquello que logra dibujar el arte que limpia, 
que purga que enciende el ser. 

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