miércoles, 8 de abril de 2020

Nobody else will ever do


La música como siempre buena compañera, 
para recordar, imaginar o trasladar. 
Puedo tocar tu piel sin cononcerla.
Olerte sin saber aún cuál es tu sello.
Nunca viajar en la imaginación había sido tan peligroso e inocente.
Tan atractivo, poco decente e incoherente.
Tan inmoral que duele y tan perfecto en su dirección que arrolla.
Mientras los dos nos encontramos en batallas profundas
para encontrar un sentido, un lugar, matar demonios...
Cada uno a su lucha pero mirando de reojo,
torturando con imaginación, canciones, fantasías,
palabras, distancia y deseo.

Mientras sigo dejándome llevar
seguiré sabiendo que me equivoco,
al igual que tú.
Y eso no sé si nos hace más valientes o más masoquistas.
Pero nos han puesto al uno en el camino del otro,
nos encargaremos de descubrir
el porqué entre sábanas deshechas, humo y cervezas.

Y sigo dejando fluir la parte más oculta de mi luna.
Cambiando un par de pasos, dibujando una nueva colina
un nuevo mapa, nuevos planes.

Y todo esto mientras te miro de reojo,
y me sigo imaginando el sabor y el tacto de
cada uno de los trazos de tus labios.

Nunca fue tan inesperado el deseo intenso de dejarme llevar,
el sinónimo de libertad escondido tras una entintada meta que
no deja de crear fantasías, ganas y un toque de locura.

Y qué más puedo pedir... Que poder volar un rato,
olvidar lo ocurrido, descontrolar los sentidos.

Vivir, que nunca está demás.


No hay comentarios:

Publicar un comentario