Cultivo entre mis manos la experiencia derrotada de todo a lo que no he llegado.
Se derraman más los vasos vacíos que rodean esta casa.
La histeria me compone siendo mi dieta más anómala.
Sacrifico mis pecados mis sonrisas y mis versos por un día luminoso
en el que sólo hay polvo en el ambiente... Mariposas y flores
con olores intensos, de esos que te recuerdan que estás vivo.
Por la ventana veo más de mil planetas
alineados, una fila eterna en la que llego al mar.
Al intenso refugio de mis palabras congeladas
y de las sensaciones encerradas.
Flotando entre tanto universo cierro los ojos para ser
la mitad más diminuta de esta galaxia.
Entre tanto polvo de estrellas y luces deslumbrantes
me encuentro tranquila, respiro y siento el aire, la expansión,
la diversión de los planetas alienados a mi locura.
Mis ojos más negros que nunca... No parpadean, no se relajan
y se consumen ante tanta belleza... Ante tanta nostalgia dividida y expandida.
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