sábado, 16 de julio de 2016

8217

Las luces me ciegan en un fallido intento de escritura inquieta.
Los dedos me responden lentamente a la hora de hablar de ti.
No espero más recuerdos del pasado ni menos dolor del presente,
pero la eterna marca de fuego entre nuestra piel se ha quedado por más tiempo del que mis entrañas pretendían.
El día duele un poco menos sintiendo ese hilo rojo en la distancia,
ese lazo tan tenso y desgastado, tan muerto y repetido en el tiempo.
Sigo sin encontrar las maneras, sigo buscando la cura.
Mantengo la agonía, estirada entre las agujas del reloj.
Respirando, agonizando, temblando y buscando más salidas.
Desesperación sin sentido entre tanto olvido.
Entre tanto tiempo.
Sigo cegada por las luces, aún me duele abrir bien los ojos.
Y tú, ahí, en la distancia sin más que una sonrisa y un recuerdo
te desvaneces ante mi retirada, ante mi total derrota, ante mi piel 
evaporándose al no sentir el tacto.
Y será la última vez que sienta... 
Se me restarán los días sin vida, sin primaveras
sin sentidos confundidos, sin mapas que trazar, 
ni reglas que romper.






[Todo tan vivo y a la vez tan muerto]

https://youtu.be/V7XVe0FaT-s?list=PL9A26C61C0D36C198

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