miércoles, 1 de abril de 2015

Puede, quizás, tal vez.







Quiero que me beses en medio de la calle
que de igual quien nos mire,
que sonrojemos a los demás con un beso que no se esperan.

Quiero esos abrazos.
Me hacen volver a sentirme a salvo cuando lo necesito.

Puede que quiera mirarte más de lo que te miro.
Y quizás y seguramente decirte más cosas de las que te digo.

Quiero escribirte y olerte,
sin perfume...
tu rastro, tu olor y los momentos.

Quiero no creerte y quiero escucharlo todo.
Quiero contarte todo y que me conozcas.
Quiero que no quieras alejarte al conocerme.

Quizás quiero dormir más noches de las
que te digo contigo.

Puede que quiera dar infinitos paseos si nos besamos de esa manera.
Quiero un amanecer extraño y un par de aventuras más por esta ciudad tan inmensa.

Puede que quiera un poco más de locura,
un poco más de yo en dosis relativas a tu histeria.

Quiero no hacer nada más que pueda joder
esto que existe a veces si y otras no.

Quiero no querer nada más del pasado.
Quiero que puedas ser mi presente perfecto atado a mis manos.
Quiero mi libertad y la tuya juntas, desperdigadas y deslumbrantes,
sin problemas y sin pausas.

Quiero los ojos verdes, la mirada sincera esa que 
me visita a veces entre las sábanas y sale a la 
luz cada día un poco más.
Como esos pequeños rayos de sol que 
se aprecian en un día nublado y triste.

Puede que te quiera más en mis días
o quizás no.
Esa es la pequeña gran incógnita con la que me reencuentro
cada día y noche en las que puede que te eche de menos.

A veces demás 
a veces menos.


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