lunes, 4 de agosto de 2014

Una entrada que no es una típica cosa rara. Fin.

Vamos a dejar las estupideces, las cosas nunca ocurren como esperamos.
Por ello nos llenamos cada día con una esperanza nueva 
con un desencanto podrido detrás.
Ni el amor es tan bonito como esperamos, ni el amanecer llega con tanta vitalidad como queremos.
Las decepciones llegan cuando menos las esperamos y de quien menos 
lo imaginábamos.
El dinero falta cuando más se necesita y la comida sobra cuando menos hace falta.
Siempre, siempre lo mismo. 

La vida es una putada, unos dicen que es un regalo
en realidad para muchos es todo lo contrario.
Una putada que te regala buenos momentos, sí.
Pero no por ello deja de ser una cagada, un truño lleno de purpurina como diría yo.

Nos componemos sin haberlo decidido así, de sentimientos lamentablemente.
Y eso nos complica la existencia incluso más que el propio y asqueroso dinero.

Nada suele llegar cuando lo esperas, puede que eso resulte a unos excitante 
a otros una puta mierda.

Esperas un beso, esperas una mirada, quizás una cita decente porque me la mereces
porque eres ese tipo de persona.
Pero claro, lo de esperar nunca es que haya dado mucho resultado. 
Sí, eso lo sabemos todos, todos sabemos la puta teoría, pero eso nunca pasa. 
Nunca hacemos caso a la teoría.

Al igual que las metas que nos planteamos en nuestras vidas...todo se hace esperar, y no llega como queremos.
Y si llega como y cuando esperamos se contrastará con una cagada en otro aspecto de la vida.

Pero, me centraré en mi pensamiento inicial.

He visto como millones de veces en las relaciones amorosas del planeta las tornas comienzan con un amor loco y desmedido por parte de dos.
Pronto alguien se despega y se cansa un poco (suele ser el chico) y la otra parte del pack se siente infravalorado/a y empiezan los celos y los controles.
Un tiempo después la segunda parte se cansa, ve la claridad de los hechos 
y le despeja el camino al cansado/a.
El cansado/a se alarma y da todo su mundo al otro, cuando a este ya no le interesa.
Y fin.
Esto puede pasar en diferentes periodos de tiempo pero sieeeeempre pasa.
Tarde o temprano.

Fácil demostración de que las cosas nunca suceden como queremos y esperamos y casualmente somos nosotros mismos quienes nos encargamos de joderlo todo poco a poco o de golpe, eso ya depende de la persona.

Y quizás muchas relaciones siguen vivas a base de resignación.
Y eso queridos, no es amor. 
No es ese puro amor extravagante y asfixiante que te llenaba en el primer mes besando ese cuello y queriendo hacer el amor en cada esquina sin importar la gente.

Obviamente estoy aportando una visión general, habrá excepciones y otras formas de verlo, como con todo. 
(No digo que mi pensamiento sea el correcto solo estoy aquí vomitando palabras, pero tampoco pido opiniones)
Eso si, descarto totalmente la versión Disney de todo esto.
Sobre todo porque hoy en día se es capaz de dejar pasar a una persona que te puede llegar a volver loco o loca, solo por ir detrás de un físico, una modernidad y un dinero que llaman más la atención.

Y así acabamos todos...jodidos, haciéndonos los fríos por las redes sociales y fingiendo que todo es jodidamente perfecto, cuando sabemos que un día a la semana se nos jode algo, o jodemos algo.

Gilipollas es el segundo nombre de todo ser humano sea por cosas como ésta, o por otras muchas que quizás me de por escribir otro día.


Bye Gnight.

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