domingo, 27 de abril de 2014

No hacen falta títulos.





Te odio, una vez más te lo diría a la cara.. mirándote a los ojos.
Deseando hacer sangrar tu alma, deseando que no pudieses volver a sentir nada más que dolor en tus días.
Te odio. Te lo diría cerca, con voz baja y llena de verdad en mis pupilas.
Mil veces te mataría, mil veces has muerto ya para mí.
Mil veces te diría que cada recuerdo lo borres que no mereces mi recuerdo, que no mereces nuestro recuerdo.

Te odio por ser el primero y haber roto todo lo que había en mí.
Te odio por haberme hecho de hielo, una más en el camino, apagar mi luz 
te ha costado tiempo...y lo has conseguido.
Te odio por aquella indiferencia, por aquellas noches en mi sofá 
y por las millones de lágrimas que he derramado.
Te odio por romperme y curarme en una noche. Por no creerme y por no 
haberme tomado en serio hasta ahora.
Te odio por haber querido darme el mundo, cuando ya me habías matado 
tantas veces que no podía volver a vivir.
Te odio por las fuerzas que derrame en esto y que tan desperdiciadas han quedado.
Te odio por tus palabras, siempre me creí cada mínima palabra, cada mínima letra, porque tus ojos eran mi universo. Muchas veces a sabiendas de que lo que decías era efímero y vulgar.
Te odio por haber sido mi mayor inspiración durante tanto.
Te odio por haberte regalado a ti mis lágrimas de felicidad.... y las de tristeza.
Te odio por haberte enseñado cada parte de mi, más allá de lo físico, más allá de toda frontera, eres mi mapa en persona.
Te odio por esos relatos, por esas descripciones, por esas canciones y por ese primer beso.
Te odio por haberme creído gracias a ti que era la única.


Te odio por todo lo que te he amado.
Te odio porque hasta en mis huesos ponía tu nombre.









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Una caja con un siete en purpurina repleta de nosotros.

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