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Es increíble ver como todos y cada uno de nosotros

tenemos a una persona que ha cambiado los días,

las tornas del tiempo...hasta nuestra manera de ser.

Sea de manera positiva o negativa todos tenemos una persona

que ha marcado el cambio. El giro en una vida que antes estaba tan sana

e intacta que parecía perfecta.

Toda persona, toda pasión reconstruída con el tiempo

todo corazón tan dañado que se niega a amar.

Toda confianza anulada por mentiras que no

se pueden llegar a olvidar.

Increíble es que todos y cada uno de nosotros

nos formemos por medio de una experiencia

de un momento de vida que nos marca.

Inesperado es para aquellos que no lo han vivido aún...

Párate a pensar, podrás ser tú ese alguien en la vida de un ser.

Podrás marcar sin darte cuenta un antes y un después.

Sin quererlo, sin saberlo somos muñecos rotos que necesitan

tiempo para no terminar de romperse.

Todo poeta ha escrito sobre ello.

Todo músico llena de melodías que describen el cambio

que se sufre.

Muchas películas cuentan la historia interminable de dos corazones

que cambian al romperse y regenerarse.

Vivir los días desde el día cero.

Desde que te rompes hasta que vuelves a ponerte en pie.

Queriendo pasar de todo aquello que te cambio

queriendo sentir que no ha sido tan duro como realmente fue.

Creyéndote capaz de pisar más fuerte que nunca.

Para levantar tu cabeza

sin acabar pensando que has caído en la trampa.

Que has sido el iluso del momento,

que te ha tocado la vida como a todos los demás.

Llegando a cambiarte mucho más de lo que esperabas.

Eso sí, después de vivir los mejores momentos de tu vida, ya con esta edad.

Momentos que no olvidarás.

Pero, momentos que dolieron y curaron mal.

Frío y más frío es lo que se encuentra ahora por estas latitudes.

Es lo que persiste siempre.

Frío.