Apostarlo todo a la magia inexplicable siempre serán
sueños descartados, mojados e inexistentes.
Apostar los ojos, el tacto y la memoria
a la pequeña fantasía...Es conocer el viaje que vas a recorrer,
pero sin más, decidir arriesgarte.
Sin demora la apuesta se pierde
la ilusión se disipa y el tiempo
se lo lleva todo.
Con la misma frialdad de siempre,
con esa sensación tan conocida
tan compañera.
Amargura y aceptación.
Si apuestas arriesgas.
Parto de la valentía del corazón
encendido y de la pasión.
De esas pocas cosas que te permiten sentir
de forma arrolladora.
Valentía es lo que siento cuando apuesto
mi corazón por la magia y mis ojos por tu cuerpo.
Me atrae de la misma forma
el juego arriesgado al que alguien se enfrenta
al cederme sus entresijos, sus defectos y sonrisas.
Sentir la valentía de un corazón sincero
el frescor de la calma, de la paz y el sentimiento de hogar.
Los roces cálidos y las palpitaciones al tiempo.
Recorrer el camino, destrozar los pasos, reinventar los sentidos
y escribir y describir la locura que trae el ser valiente.
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