jueves, 12 de marzo de 2015

Una reflexión de media noche o una cursilada. Es que el nombre me da igual.




Me dispongo a escribir lo que más miedo me da retratar con palabras.
Aquello en lo que he confiado y que siempre he tenido.

Vuelvo a tener un corazón palpitante, confiado y sincero ante lo que se me presente.

Eres todo lo que has podido sentir y vivir... y yo, he vivido y sentido el amor más puro.

No puedo evitarlo, ni decir que no existe.


Es real, tan real como cualquier otro sentimiento humano que podemos tener.

Es realmente especial un te quiero en el momento adecuado.
Es un escalofrío... susurrar al oído que quieres parar el tiempo.

Un sentimiento tan intenso que puede parar hasta el reloj si es de verdad.

Puedes vivir en una habitación, sin más que música y una cama.
Seguir con cada paso un día más luminoso.
Sonreír es más que habitual.
Reprimir todo lo que nos puede hacer felices es ilógico y una pérdida de tiempo continua.
Pero es lo más normal en los tiempos que corren.
Y yo no entiendo nada.

Perdemos la esencia de lo que nos mueve.
Nos parece raro escuchar algo sincero.
La ironía está matando lo que nos puede permitir
respirar.
Temblar al oler...temblar, sentir que tiemblas y respirarlo,
disfrutar todo lo que lleva consigo el momento.
Ese momento de vivir y sentir 
como el amor recorre el cuerpo,
cada esquina, con cada toque,
con cada espina.

Perdemos en cada paso y en cada frase desleal 

lo que podría marcar un antes y un después. 
Preocupándonos de lo que no nos lleva a ninguna parte.

Lazarse al abismo por sentir.

Despejar la mirada a que los amaneceres
sean más divertidos
más especiales y eternos.

Porque un perfume puede recorrer el alma

y un par de palabras pueden dibujar 
y reinventar las posibilidades.

Cuando unos ojos señalan todo lo que quieres ver

y un beso sigue recordando todo lo que creías no sentir.


Amar

te reconstruye
te reinventa
te acelera las pulsaciones
te desgasta el alma
te enseña a comprender
a valorar
a mirar a los ojos
y ver más que una simple mirada.

Puedes reírte al leer esto, puedes pensar que estoy como una cabra, puedes pensar que soy una niña más de las muchas que idealizan todo lo que ven.

Pero no, hablo desde mi verdad, desde mi experiencia y de mis mil poemas con el corazón destrozado...y otros mil que retratan lo feliz que fui y soy.

Puedo elegir no volver a vivirlo.


O quizás puedo elegir volver a creer en mí y en ese sentimiento maravilloso

que aún sigue vivo en algunas partes de este mundo cada día más escéptico y frío.




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